Un 29 de junio voló el portugués Matías Pérez y desapareció para siempre sin
dejar rastro. Toldero de la calle neptuno y entusiasta de la naciente
aeronáutica. Conocido como (El Rey de los Toldos)
Lo siguiente es tomado de WikiP
Matías Pérez (Portugal, principios del siglo XIX - golfo de México, 28 de
junio de 1856) fue un sastre y toldero portugués que se trasladó a La Habana
(Cuba), donde comenzó un exitoso taller de marquesinas y toldos (El Rey de los
Toldos) en la calle Neptuno.
A mediados de junio de 1856 realizó en La Habana un primer vuelo exitoso en
globo, y voló varios kilómetros. Días después realizó el segundo intento desde
el centro de la ciudad de La Habana, pero desapareció sin dejar rastros.
Matías Pérez no fue el primer piloto de globos en suelo cubano. Antes que él,
estuvieron el francés Eugene Robertson (quien voló el 19 de marzo de 1828), el
francés Adolphe Theodore (quien hizo tres ascensiones en 1830), y el cubano
Domingo Blineau (acreditado como el primer cubano que construyó un globo desde
cero y personalmente produjo gas hidrógeno como gas de sustentación)
En 1856 llegó a la isla el famoso piloto francés Eugene Godard, quien era un
renombrado piloto y constructor de globos. Había construido su primer
prototipo en 1845, y el año siguiente lanzó varios modelos. En 1850 construyó
su globo más famoso, el Ville de París. Lo voló en muchas ocasiones,
incluyendo un largo viaje desde París hasta Gits (Bélgica) el 6 de octubre de
1850
En 1856, Eugène Godard viajó a Cuba, donde realizó vuelos de exhibición.
Conoció al entusiasta Matías Pérez, con quien se hicieron amigos y volaron
juntos desde La Habana el 21 de mayo de 1856
Matías Pérez le compró el globo a Godard por 1200 pesos duros y pidió permiso por escrito para volar al general español José
Gutiérrez de la Concha, el capitán general de Cuba en ese momento.
(Fragmento del texto de la solicitud)
Excelentísimo Señor: Hallándome próximo a emprender mi próxima ascensión la
cual he dedicado al comercio de La Habana con el cual hace unos once años
estoy relacionado y establecido; después de las necesarias instrucciones que
he recibido del hábil aeronauta E. Gogard, cuya certificación tengo el honor
de incluir y deseando dar una prueba de evidente gratitud que me anima hacia
una población en la que he hallado una acogida que me hace llamarle mi patria
adoptiva.
El primer vuelo tuvo lugar el 12 de junio de 1856, con excelentes condiciones
atmosféricas. Pérez voló desde la Plaza de Toros (hoy Parque de la
Fraternidad, a 200 metros al sur del Capitolio, en el centro de La Habana
Vieja) hasta el fuerte Chorrera (5300 m hacia el oeste) o hasta dos kilómetros
del Cerro (posiblemente el barrio del Cerro)
El segundo vuelo tuvo lugar el 29 de junio de 1856. Los periódicos locales
informaron que el viento era demasiado fuerte la tarde en que el vuelo estaba
programado, haciendo que Matías Pérez retrasara su ascenso. Finalmente decidió
ascender al atardecer, alrededor de las 19:00, y nunca más fue visto.
El globo ascendió rápidamente con los aires cálidos, posiblemente a más de
2000 metros, y se movió a la deriva, hacia el norte, sobre el estrecho de
Florida.
En la cultura popular
Se convirtió en parte del folklore de Cuba: cuando alguien o algo desaparece,
los cubanos dicen: «Voló como Matías Pérez».
Por orden del general español José Gutiérrez de la Concha, el capitán general
de Cuba en ese momento, se llevó a cabo una búsqueda meticulosa en las
provincias de Pinar del Río y La Habana. No se encontraron rastros del
aerostato o de Pérez.
Matías Pérez, junto al «médico chino» y «Ambrosio y su carabina» forman un
importante trinomio del folclore cubano.
Coprefil, la agencia oficial cubana responsable del diseño, producción y venta
de sellos postales, celebró el centenario del vuelo de Matías Pérez con una
«edición de primer día», el 29 de junio de 1956, y lo honró de nuevo como uno de los primeros pilotos cubanos con dos sellos, valor 3 y 13 centavos,
respectivamente, mostrando la Plaza de Marte, el lugar desde donde realizó su
primer vuelo como propietario del globo, y el fuerte Chorrera, donde aterrizó.
En 1969, la historia de Matías Pérez se presentó en una serie de cómics del
historietista Luis Lorenzo Sosa. Esta aventura de ciencia ficción afirmaba que
el piloto fue secuestrado por una raza extraterrestre, que se lo llevaron al
lejano planeta Strakon. Fue lanzado semanalmente en la revista Pionero, de la
editorial habanera Abril.